miércoles, noviembre 9

Tterapia de Polaridad

La terapia de polaridad es el arte y la ciencia de estimular y equilibrar el flujo de la energía vital en el ser humano.
Se trabaja con el flujo de una energía sutil, de alta frecuencia vibratoria, a la que nos referimos como energía de vida y que en el Oriente se conoce como Chi o Prana. El término Polaridad hace referencia a una de las leyes fundamentales de la naturaleza: la atracción y unión de los opuestos a través de un punto medio equilibrante.
El cuerpo humano es un sistema energético, como una batería o un imán. Tiene polos negativos, positivos y neutros, y corrientes de energía que fluyen a través de ellos. Para mantener la salud la energía de vida debe fluir libre y fácilmente por todo el cuerpo. No debe de haber áreas de exceso o de vacío (agotamiento). Todo el sistema energético debe de estar equilibrado, el equilibrio no es estático sino un flujo cíclico ininterrumpido de energía.
La terapia de Polaridad utiliza cuatro acercamientos para equilibrar la energía de vida:
*terapia de contacto
*nutrición
*ejercicio
*orientación
La terapia de polaridad fue desarrollada por el Dr. Randolph Stone (1890 – 1981). El era quiropráctico, naturópata y osteópata. Surge de su deseo de descubrir las leyes fundamentales de la sanación; el principio unificador que explicara como trabajan todos los métodos de curación.
Después de décadas de estudio y práctica de las grandes tradiciones médicas del Ayurveda en la India y la medicina tradicional China, llegó a la conclusión de que solo hay una enfermedad real, la cual es el bloqueo del flujo de la energía de vida. Él creía que el dolor y la enfermedad son manifestaciones del desequilibrio energético, mientras que, el placer y la salud son el resultado de un flujo abundante y equilibrado de energía de vida. Nos enseñó que nuestro cuerpo no es, en realidad sólido, sino un sistema coordinado de patrones energéticos que están generalmente en movimiento, de ahí su descubrimiento de que la enfermedad resulta de una inhibición específica en el flujo de la energía; para el Dr. Stone la salud era un estado positivo de “estar bien” no solamente la ausencia de una enfermedad obvia, es este “estar bien” lo que uno puede desarrollar a través de esfuerzo, disciplina, responsabilidad y persistencia. El “estar bien” se logra por la estimulación y equilibrio de la energía de vida que fluye en patrones definidos, campos sutiles de energía a través de toda la constitución humana.
Ninguna energía puede surgir ni forma alguna puede manifestarse sin movimiento
El pensamiento tradicional, sobre todo el de la medicina china y la ayurvédica, consideraba la salud como un fluido y armonioso movimiento de energía en niveles sutiles. En oriente, estas energías han sido llamadas “chi” o “prana”. Nosotros las llamaremos “energía vital” o “fuerzas vitales”. La vida entera se basa en estos movimientos . Para decirlo de un modo sencillo: si no hay movimiento no hay vida.

Para que haya flujo de energías debe haber una fuente que lo origine. La electricidad surge de una planta generadora. Sin planta generadora no hay movimiento. Si el corazón deja de latir, se detendrá el flujo sanguíneo. Si el cerebro muere, no se emitirán impulsos nerviosos. La filosofía china llama a la Fuente Tao, es la esencia neutral de toda vida, precede la existencia y la forma y no depende de nada. (Fig. 1). El Tao es la Fuente de todas las cosas; es el comienzo sin comienzo. Es el transcurrir y el transcursor; la Fuente y el contenido. El Tao es dual. El Wu Chi o No-Ser es el potencial no manifiesto del Tao, y el Tai Chi o Ser es su potencial manifiesto. Las polaridades surgen de un estallido positivo de energías creadoras. La relación polar básica se denomina “yin” y “yang”. El yang es la fase energética expansiva, positiva, centrífuga. El yin es la fase contractiva, negativa receptiva. Los dos instauran un proceso que posibilita el potencial de movimiento. A este potencial se le denomina “polos” del movimiento energético (Dr. Stone).
La vida se basa en este potencial: en los impulsos y la atracción de la gravedad que sostienen el sistema solar; en la salida y regreso de la sangre en nuestro corazón; en la caída del agua de las alturas a los llanos; en el calor del sol y el frío de la noche. El potencial del yin y el yang subyacen tras el movimiento de la vida. La energía surge de la Fuente, el Tao, con un impulso positivo que se divide en las polaridades del yin y el yang. Toda la creación es el resultado de una serie de “escalones” a lo largo de los cuales las energías se densifican y fisiologízan gradualmente. Es algo muy similar a un transformador, que degrada formas de energía muy intensa en vibraciones menos intensas y veloces. La energía o fuerza vital se llama “chi”. Es este chi el que evoluciona en ciclos yin y yang para generar la creación o, como dicen los chinos, las diez mil cosas.

En el sistema hindú se produce un proceso muy similar. La versión ayurvédica proviene de la filosofía sankya. La fuente se llama Brahman. Brahman es el Uno, el Supremo, es la fuente de la conciencia y de la energía vital, y es a él a quien todo debe regresar. Tiene dos aspectos. Uno es Purusha el núcleo de la quietud, donde no existe polaridad ni movimiento, sin embargo contiene el potencial de todas las relaciones polares y, por lo tanto, de toda manifestación. Este núcleo neutro encierra toda posibilidad de vida, de él surge la conciencia que imbuye la creación. El segundo aspecto del Brahman es Prakriti; es la fuente potencial de la energía creadora y el impulso vital, es la expansión potencial del no-ser al ser. De esta expansión creadora surge Avyakta, la cual da lugar a los Gunas (equivalentes del concepto chino del yin y el yang): el Sattva (º), el Rajas( ) y el Tamas(-). De los Gunas surgen planos de la existencia que conforman el Mahat o “Intelecto Cósmico” y Ahamkara o “conciencia personal”. A partir de aquí, la energía sigue condensándose en formas materiales y surgen los cinco elementos, los cuales imbuidos de conciencia, completan el ciclo que va de la Fuente a la forma física. La energía vital se llama prana y equivale al término chino chi.

El punto de vista científico de la realidad apoya la idea de que estamos compuestos por campos energéticos que crean fuerzas mutuamente interactivas; el universo entero se nos presenta como una trama de pautas energéticas inseparables, no somos partes separadas de un todo: somos un todo. El doctor en física David Bohm, empleó los hologramas para describir la naturaleza del universo. El concepto de holograma especifica que cada pieza es una representación exacta del todo y se puede utilizar para reconstruir el holograma completo.
El trabajo corporal de la terapia de polaridad consiste en técnicas de contacto específicas encaminadas a liberar la tensión y contracción en el cuerpo físico y después equilibrar la energía de vida.
Conceptos Fundamentales:
1. Las manos son conductores de energía. Al poner nuestras dos manos en el cliente, particularmente en un canal energético específico, la corriente energética a través de ese canal se acrecienta. El terapeuta de polaridad aprende la localización de las corrientes y utiliza el toque conciente para facilitar el movimiento de energía.
2. El cliente responde, no solamente al toque, sino también a la conciencia del terapeuta. Al crear un ambiente de seguridad y reconocimiento, el terapeuta apoya el proceso de auto-curación del cliente.
3. La energía puede ser sentida tanto por el terapeuta como por el cliente. Se siente el calor, o la suavidad, la pulsación, la relación entre dos contactos simultáneos, la falta de flujo. El cliente siente la relajación, cosquilleo, movimientos ondulares, o fenómenos similares durante el contacto.
4. Los clientes tienen una sabiduría interna subconsciente que emerge con el movimiento de la energía.
5. Una situación energética común es la que se denomina “fijación en el polo negativo”. Este fenómeno refleja la tendencia universal a apegarse a eventos, personas o cosas, a experiencias o formas de pensamiento lo cual reduce la flexibilidad, la adaptabilidad y el perdón. La Terapia de Polaridad se orienta a liberar esta condición apoyando el ciclo completo de la energía desde el centro hasta la periferia y muy especialmente la corriente de regreso a la fuente.

La experiencia al recibir la terapia de contacto puede ser diversa. La persona puede experimentar relajación profunda, alivio del dolor, mayor capacidad de movimiento, cambios en la respiración, cambios en el sistema nervioso, sensaciones de calor o frío, movimientos corporales espontáneos, pueden salir a la superficie memorias que pueden llevar a la persona a un poderoso desbloqueo de la energía emocional que puede estar acompañado de un ataque de llanto o risa.
Cada persona es única por lo que cada sesión de polaridad es diferente, ya que tanto el terapeuta como el cliente se adaptan a las necesidades de la energía. Al ser liberada la energía, que puede haber sido encapsulada en el cuerpo por un largo periodo de tiempo, ya sea por un trauma físico, miedo o retención emocional, esa parte del cuerpo y las experiencias relacionadas, deben de ser aceptadas y re-integradas para dar lugar a una profunda sanación.

El terapeuta de polaridad, reconoce que la energía de vida no puede fluir libremente a través de un cuerpo congestionado y lleno de toxinas, por lo que una de las primeras cosas que el terapeuta de polaridad recomienda es que el cliente siga una sencilla dieta de purificación y un régimen de limpieza durante unos cuantos días.
Se trabaja con las cualidades energéticas de la comida que puede llevar al terapeuta a sugerir cambios en la alimentación para apoyar el equilibrio energético logrado durante la sesión de terapia de contacto.
La Terapia de Polaridad pone un especial énfasis en la auto ayuda y responsabilidad personal. Se le estimula al cliente para que se haga cargo de su propia salud enseñándole una serie de ejercicios que le permiten incidir profundamente en los bloqueos y trastornos energéticos ayudándole a elevar la vitalidad. La intención principal de los ejercicios es ofrecer una herramienta que le permita al cliente jugar un papel activo en el proceso de curación.

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