El arraigo: es la capacidad de la persona de estar en pie. La comparación de estar asentado en la tierra con el contacto con la realidad. El contacto con la tierra es como una válvula de seguridad a la hora de descargar el exceso de excitación. Se realiza por medio de un ejercicio en el que flexionando las rodillas, estas recuperan un juego que modifica la posición del cuerpo, desplazando el peso a las plantas de los pies y recuperando la movilidad en las caderas.
La respiración: recuperando un ritmo natural de ella, ayuda a aflojar las tensiones musculares, la respiración no fluida produce un efecto anestesiante. La voz: la contracción muscular en la garganta más de bloquear la respiración dificulta notablemente la expresión natural de la voz. Es muy habitual escuchar la expresión natural de la voz. Es muy habitual escuchar la expresión ante el miedo “no me salía la voz del cuerpo”. Los ejercicios bioenergéticos: por medio de ellos las corazas musculares llegan a situaciones límites que consiguen romper las defensas y conectar con la emoción. Se sabe que cuando una emoción se reprime en la mayoría de los casos se somatiza, lo que hace que no entendamos la enfermedad. * Referencias: http://teleline.terra.es/personal / string / carvajal.htm
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