Introducción.
La ciencia occidental es el único sistema de conocimiento que no ha tenido en cuenta a la energía para desarrollar sus teorías de funcionamiento del cuerpo (Wong Kiew Kit “Sifu”, “El arte del Chi-kung”). Del mismo modo, considera a la respiración como un mero intercambio gaseoso ignorando la importancia de la polaridad electromagnética del aire. Desde el momento en el que Einstein postuló que la energía y la materia eran intercambiables, todo el modelo mecanicista del funcionamiento del cuerpo debió ser revisado, cosa que no ha se ha producido, al menos de cara a la opinión publica. Esto no es esoterismo sino que es tangible y, por lo tanto, medible. Pero pone de manifiesto lo difícil que es cambiar lo establecido aunque se haya demostrado que es anticuado, por no decir incompleto o, incluso, falso. Está clara la fortaleza de los campos morfogenéticos y su defensa ante las nuevas, pero sólidas, ideas. Ya tenemos toda la información para tener una visión más global de ese fluido que llamamos vida que puede incluir la materia (muy bien definida occidentalmente) y la energía (muy bien definida orientalmente).
Por otro lado, también podría ser una herramienta poderosa para el pueblo si llega a imponerse. No es rentable para un sistema capitalista que necesita ladrillos en la base de la pirámide que no hagan preguntas y desaparezcan pronto.
Los componentes de la instalación eléctrica humana
El Dr. Yang Jwing-Ming hace una fantástica analogía entre los componentes habituales de un sistema eléctrico artificial y el del cuerpo humano, desde el punto de vista de la Medicina Tradicional China (donde la concepción de la salud es eminentemente electromagnética). La fuerza electromagnética es el combustible del cuerpo físico. Los meridianos son los cables por donde circula. Los cables forman una red eléctrica que alcanza todo el cuerpo a través diminutos meridianos luo (~ nadis). Los vasos o meridianos extraordinarios son los condensadores que regulan la corriente del circuito. Finalmente, los órganos internos son los componentes como resistencias y bovinas, que modulan el tipo de fuerza electromagnética a partir de sus propiedades iniciales más indeterminadas. Habría que añadir que el cuerpo también dispone de toma de tierra. Esta se inicia a nivel del primer chakra (punto kunda / perineo / base de la próstata) o la raíz agua de los riñones, y recorre ambas piernas a través del meridiano del riñón / nervio ciático, pasando por las rodillas (donde se almacena la energía condensada sobrante), llegando a la planta del pie (punto R1, inicio del riñón). Si la toma de tierra no funciona, la persona tendrá tendencia a ser nerviosa por acumulación de energía en los chakras superiores.
Los diferentes tipos de combustible adquieren características de elementos de la naturaleza, como la madera del hígado (energía creciente) o el metal del pulmón (energía condensándose), entrando en juego una compleja red de interacción entre tipos de energía con distintas propiedades, representados en el ciclo de creación-destrucción de los elementos y que es altamente dependiente de los biorritmos. Los distintos órganos (y chakras) manejan energías con distinta longitud de onda, determinando la intensidad del campo, además de relacionarse a través de su elemento con otros factores como tipo de emoción, color, sabor y momento del día de dominancia. Los meridianos son a los ríos, como los vasos (meridianos extraordinarios) son a los lagos (Li Ping, “El gran libro de la Medicina China”). Los vasos actúan regulando el flujo de energía a los componentes (órganos internos) para que la circulación sea uniforme, evitando que éstos se quemen durante la juventud o se descarguen durante la vejez o épocas de agotamiento. Por esta razón, el dominio sobre los vasos es vital en el control de la energía del cuerpo, con todas las ventajas que ello conlleva. Finalmente, hay que cuidar todos los componentes a lo largo de toda la vida mediante los hábitos adecuados.
El flujo de la energía
La transmisión de la energía precisa de 2 factores: alta conductividad y baja resistencia. De lo contrario, el cable se funde.
Investigaciones científicas recientes han descubierto que el tejido por el que se transmite el chi es la capa de fascia de tejido conjuntivo. El conjuntivo es un tejido que microscópicamente se extiende a través de todo el cuerpo llegando a todas las células (Mantak Chia y Juan Li, “La estructura interna del tai chi”). Existe por lo tanto una gran relación entre los meridianos y el tejido conjuntivo. Este tejido consiste en una fina estructura reticular cristalina. Cuando se comprime, es capaz de generar señales bioeléctricas y fundamenta la efectividad de los ejercicios de chi kung y tai chi. Este mismo efecto es aún más acentuado al comprimir la estructura ósea, con chi más interno, ya que tiene propiedades piezoeléctricas al igual que el cuarzo (cuando se comprime genera energía eléctrica proporcionalmente a la presión). La relajación y respiración abren los canales. Para que el tejido conjuntivo pueda transmitir la energía se necesita que el cuerpo esté relajado, cosa que es imposible si los músculos están tensos, por eso en los ejercicios energéticos se utilizan los tendones y no los músculos, por sus propiedades de almacenar la energía por su contractibilidad. Sin el tendón de Aquiles, el tendón más fuerte del cuerpo, el simple movimiento de andar consumiría el triple de energía.
La composición molecular de la fascia determina la resistencia del flujo energético. La grasa es un tejido con alta resistencia. Si el porcentaje de grasa es alto, la energía no circula con fluidez, y esa es la razón de que parte del programa de entrenamiento chi kung se incluyan dieta, masajes y golpeos para eliminarla a través del sistema circulatorio y linfático. Probablemente ocurra lo mismo con la retención de líquidos, exceso de agua y sal en el espacio intercelular, aparte de suponer un lastre inútil para el cuerpo.
¿Por qué se mueve la energía?
Como cualquier otra magnitud física, el flujo se genera cuando existe un desequilibrio entre 2 partes comunicadas, reestableciéndose así el equilibrio. En este caso, la cantidad de fuerza electromagnética depende de la diferencia de potencial entre la parte más yin del meridiano, que es el punto de partida situado en la mano o el pie, y la parte más yang, situada en la parte superior del tronco o la cabeza. Al mismo tiempo, la energía se mueve por una compleja red de canalillos, análoga a los capilares circulatorios y la red nerviosa, denominados canales Luo (Li Ping, “El gran libro de la Medicina China”). La electricidad siempre se mueve del polo negativo al positivo, ya que son los electrones (carga negativa) los que se mueven. De este modo, la diferencia de potencial genera un flujo que atraviesa todas las células del cuerpo, nutriéndolas de la fuerza electromagnética esencial para la vida óptima.
Problemas con la polaridad de los meridianos son sinónimo de enfermedad, pero puede reestablecerse mediante agujas, masaje o ejercicios específicos.
La parte más yang del sistema está representada por el elemento fuego del corazón. La parte más yin por el elemento agua del riñón. Para equilibrar el sistema hay que equilibrar el fuego y el agua, algo esencial para mantener el correcto tempo de la vida en todas las funciones fisiológicas. El punto en el que ambas fuerzas, la positiva y la negativa son fuertes, la polaridad es mucho más fuerte. Este punto es el "tan tien", que coincide con el tercer chakra o el plexo solar.
Las fuentes de combustible. Modos de adquirir fuerza electromagnética.
Éstas son las 6 fuentes de energía electromagnética:
1. Energía del entorno. Proviene de los cuerpos cósmicos en función de cercanía y tamaño. La más importante es el campo magnético terrestre. Posteriormente vienen el sol y la luna, y luego el resto de planetas, estrellas, etc. Desde el desarrollo de la tecnología, todos los aparatos han generado radiación dañina energéticamente para la vida (cables de alta tensión, microondas, frigoríficos, televisores, ordenadores...). Especialmente importante son los teléfonos móviles, por la cercanía del campo emisor.
2. Alimentos. Es muy dependiente de la digestión, lo que no se reduce a monómeros no se utiliza y se elimina por las heces (causando problemas adicionales). Una vez digerido y absorbido, el alimento debe metabolizarse mediante reacciones enzimáticas que necesitan vitaminas (especialmente del grupo B), si no se han ingerido con las fuentes de energía no se producirá ATP (la forma molecular de almacenamiento energético de la célula).
3. Aire. Su importancia se refleja en que la palabra chi (~ energía), también significa respiración. La respiración correcta permite a la mente actuar, eliminando todos los males, por lo que también influye en la siguiente fuente de energía. Su capacidad energética es directamente proporcional a la polaridad que tenga. La relación entre iones cargados negativamente y positivamente debe ser lo mayor posible (es de ~ 3 en el campo o montaña y ~ 1/500 en ciudad (~1500 veces peor) ), y no está relacionado de un modo exacto con el porcentaje de oxígeno y anhídrido carbónico en al aire. El cuerpo absorbe el chi del aire a través de un tejido esponjoso excitable, similar al de los órganos sexuales, que se encuentra en el interior de los senos nasales. De ahí pasa directamente a los meridianos que pasan cerca de la nariz, como los vasos concepción y gobernador, los más importantes, que se funden en el paladar superior. Se ha demostrado científicamente que atmósferas con elevada polaridad de carga negativa favorecen el crecimiento de plantas y animales superiores, mientras que impide el desarrollo de bacterias y virus patógenos, quizá por la mejor función inmunológica o porque no adquieren la ventaja adicional de crecimiento que poseen en atmósferas cargadas positivamente o no cargadas. También mejora el metabolismo, la visión y la estabilidad emocional, equivaliendo a un aumento de serotonina pero sin ingerir Prozac. Cuando hay pocos iones cargados negativamente aumentan las posibilidades de infecciones, alergias, letargos y problemas emocionales como depresión o ansiedad. Es esta ansiedad la que excita a las aves e insectos antes de una tormenta debida a la acumulación de iones cargados positivamente. Del mismo modo, un aumento de la tensión sin causa aparente puede significar un descenso en la fuerza electromagnética que debe ser estudiado (puede ser un peligro inminente o un “vampiro energético”). Las partes más yang del biorritmo generan iones cargados positivamente (verano, fase de luna llena), y por eso, en parte, quizá en esas épocas es más difícil trabajar. El Dr. Félix Gad Sulman (Universidad Hebrea de Jerusalén) descubrió que hay una cuarta parte de la humanidad cuyos sistemas nervioso, hormonal y respiratorio son muy sensibles a la pérdida de electricidad estática del aire. Los iones cargados negativamente se originan a partir de la interacción entre el aire y las radiaciones cósmicas (radiación solar de onda corta...) descritas en el primer punto, contrariamente a los iones cargados positivamente fruto de la radiación derivada de la tecnología y contaminación o productos químicos volátiles en el aire (moléculas grandes, pesadas e inertes). Otras fuentes de iones cargados negativamente son producto del choque de moléculas de agua durante la lluvia, olas o cascadas (mediante “efecto Lenard”), el viento, la función clorofílica de las plantas (como el wheatgrass) o el uso de aparatos ionizadores de aire (mediante “efecto corona”).
Otro concepto importante es el de gradiente de potencial (voltios / metro) del ambiente que condiciona el campo electromagnético de un área determinada. En la montaña y otros lugares donde el aire tiene mucho chi, en el rango de la altura de una persona puede haber una diferencia de potencial de 400 V desde la cabeza a los pies. El potencial es mucho menor en la ciudad y sobretodo en sitios cerrados, donde se puede sufrir un efecto llanura, análogo al agua estancada.
4. La mente. El pensamiento tiene la capacidad de relajar partes específicas del cuerpo, haciendo que la energía circule con más libertad. Puede considerarse incluso la forma más poderosa de generar fuerza electromagnética, una vez que se dominan técnicas de visualización, meditación y su influencia en la respiración.
Para sentir la bioelectricidad hay que estar muy atento a los cambios repentinos de temperatura, cosquilleos, pinchazos o entumecimientos, y estudiar a qué se deben. La mente también tiene la mayor capacidad de aniquilación de la bioenergía. Esto sucede cuando se activa la amígdala de un modo constante, es decir, cuando no puede sobrellevar una situación estresante o se padece alguna patología emocional. En ese caso, hay que fortalecer las conexiones entre la amígdala y el neocórtex, puesto que la función de ésta también es necesaria, pero en su justa medida. Cuidado con los niveles de endorfinas (dopamina versus serotonina).
5. Ejercicios. Deben usarse los tendones y no los músculos, que consumen muchos recursos impiden el flujo energético. El chi-kung y el tai-chi consiguen movilizar la energía almacenada a partir de los alimentos y el aire. Aumentan la presión sobre el tejido conjuntivo, óseo y tendones, y de este modo incrementan la bioelectricidad utilizable.
6. Esencia prenatal. Es la energía denominada “anterior al cielo”. Proviene de los ancestros, especialmente los padres, y se encuentra en los riñones. Puede equipararse, arriesgadamente, a la capacidad genética y la adquirida durante los primeros años, para generar y gestionar la energía. La energía “posterior al cielo”, adquirida principalmente a través de la alimentación y el aire se está usando constantemente. La anterior al cielo, es una energía más densa y entra en acción en las últimas fases de la vida y en periodos críticos, por lo que no debe malgastarse a través de problemas crónicos.. Se recarga durante la noche, por ser ésta la fase diaria del elemento agua del riñón. Es dependiente de las hormonas que tienen información, biológicamente interpretable, para usar la energía almacenada. Hay que recordar que los niveles hormonales adecuados pueden perturbarse fácilmente por conflictos emocionales y roturas de biorritmos.
“La vida es una infinita e inteligente interacción de energías electromagnéticas transportadas por sustancias químicas”
Dr. F.K. Bellokossy
Referencias:
- Daniel Reid “El libro del chi-kung”
- Página de Yang Ywing-Ming: ¿?
- Página de bioelectricidad: http://www.fut.es/~sje/bioelec.htm.
Reguladores de la energía.
Lo hacen a través de la mente, por las características del subconsciente labradas durante incontables generaciones. Su correcto uso es definitivo a la hora de tener un control sobre la vida. Son potentes inductores de tipos de energía específicos. Por ejemplo una luz fuerte, induce un tipo de energía madera o incluso fuego. Una luz débil, induce metal o agua.
Energía de los seres animados y los inanimados.
Todos los átomos que conforman la materia del universo tienen energía, por lo que, lógicamente, tanto seres vivos como inanimados tienen energía (¿y vida?). Esencialmente es el mismo fluido pero con la diferencia de que en los seres vivos adquiere propiedades adicionales, y está relacionado con que los seres vivos tienen metabolismo. Cuando un ser humano muere, desaparecen las diferencias de potencial típicas de los meridianos, aunque se mantienen las más básicas de la materia, que pasará a desordenarse y reciclarse puesto que ya no existen esas fuerzas superiores que llamamos vida para mantenerla. Tampoco para defenderse, a través del wei-chi y el sistema inmunológico, de otras formas de vida como es la fauna y flora cadavérica, por lo que el cuerpo se descompone, perdiendo incluso su estructura material.
Teoría evolutiva de la red electromagnética.
Esto nos lleva a considerar la posibilidad de que la evolución de los seres vivos esté condicionada por la adquisición de un sistema electromagnético cada vez más eficaz. A nivel individuo, la “calidad electromagnética” determina su salud, su longevidad e incluso su éxito en la vida. Quizá la parte más material que vemos todos podría haber utilizado la red de chi como molde para dar soporte. Es posible que lo diferencia un animal de otro más inferior sea su complejidad energética más que la física, que sería secundaria.
Vampirismo energético.
Pocas cuestiones deben ser tan interesantes y a la vez útiles como el vampirismo energético. Existe un fluido de extrañas características. Se encuentra entre la energía y la conciencia y es el combustible de nuestro alma. Es transformable en varios estados caracterizados por la frecuencia de la onda electromagnética y el contenido mental, y son específicos de cada persona. Un vampiro energético, por inducción y usando su influencia, puede transmutar el fluido de la víctima en el que él necesita, y luego robárselo. Esto tiene mucho que ver con las emociones, ya que se encuentra en el mismo plano (entre contenido mental y energético). Pueden observarse cambios materiales cuantificables tanto en el vampiro como en la víctima. Tanto este fluido sin nombre como las emociones se extienden hasta el plano material a través de las endorfinas y las hormonas respectivamente, por lo que éstas moléculas representan puentes entre distintos planos físicos. Quizá los que más se han acercado son los chinos con su concepto del shen (~ alma), parte de la mente encarnada por el corazón y equivalente a la “moral de tropa”. Si el shen es elevado, el entusiasmo hace que se pueda trabajar durante horas sin sentir cansancio, como hacen los grandes genios, y es extrapolable a tener inteligencia emocional intrapersonal, saber manejar las propias emociones para conseguir el máximo rendimiento.
El vampiro energético no puede utilizar el fluido de la víctima. Por ello, el secreto es no dejar de emitir en la propia frecuencia, e incluso aumentar la cantidad en la cercanía del vampiro, puesto que se puede tomar energía universal ilimitadamente. El fluido con nuestro sello no le gusta al vampiro, no tiene las características que él necesita, y se va a buscar a otro sitio. Esta es una forma consciente de aumentar el wei chi (energía defensiva), un tipo de energía que no esta destinado al mantenimiento de la salud expresamente, sino que se emite hacia el exterior: músculos, piel y hacia las capas extra-corporales de más allá.
Los recursos energéticos asimilables no son elevados en nuestro mundo, a pesar de que son universalmente infinitos. Por ello, cuando alguien genera mucha energía, supone una gran atracción para entidades de muchas naturalezas, incluso no materiales, por lo que hay que aumentar la percepción del mundo sutil. Se trata de “los otros”, uno de los factores más determinantes en la vida de una persona. Tan importante como generar energía es aprender a defenderla. Una señal de defensa impone mucho respeto. Esto es egoísmo pero en su vertiente útil, puesto que es supervivencia.
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